Información como herramienta anticipatoria. La preparación para el nacimiento es una de las herramientas que promueve la vivencia del embarazo y la construcción de una familia, con una mirada centrada en la promoción de información, conocimientos, derechos, estrategias y recursos para que el proceso de nacimiento sea cual sea la forma de nacer, no sea una experiencia que pase ajena y distante a nuestros deseos, nuestras aspiraciones sobre cómo queremos bienvenir y conocer a ese o esa bebé. Es un canal que facilita y activa la capacidad de reconocernos en una faceta de cambios e incertidumbres, y no debería ser un espacio donde se romantice la gestación y sus aristas, donde se eleve la vara de los imaginarios cargados de proyecciones, aspiraciones y mandatos que luego, en las instituciones, puede ser difícil encontrar la manera de vivenciarlos como nos dijeron que sería y lo que en realidad fué. Porque estamos convencidas que prepararse para ese momento exige también anticiparse a situaciones que no esperamos, a escenarios donde la fisiología puede no encontrar cómo fluir e incluso, se planteen diferentes intervenciones y acciones que no pueden ser decididas de manera unilateral y deberían ser acordadas y negociadas con la familia.
Y desde ahí nos posicionamos, en la oportunidad de intercambio con quien sea parte del equipo de atención. Desde la participación activa con recursos prácticos, desde la generación de acuerdos entre la familia, redactando un plan de cesárea o parto y fomentando el diálogo, en donde haya puntos de acuerdo y quizás otros no, donde haya cosas que podamos flexibilizar y otras no, porque no se trata de un evento médico u obstétrico, se trata de la vivencia única e intransferible de poner el cuerpo, las emociones, los sentimientos, las dudas y certezas sobre nuestra salud sexual y salud reproductiva, sobre lo que será la crianza y el crecer de esa o ese a quien damos la bienvenida. No romantizar, no perder el valor de lo singular, no decretar absolutos, no dinamitar desde el antes las posibilidades de autonomía y libertad de elección en la vivencia de cada familia, no fomentar la condescendencia y la asimetría, no mandar a nadie a la guerra con un tenedor, porque no se trata de una guerra donde hay unos vs. otros, todo eso es lo que no debería ser la preparación. No hay blancos o negros cuando las olas llegan, cuando sucede la magia del nacimiento, cuando les conocemos y empieza otra faceta: el puerperio, la crianza y el acompañar su crecimiento.