Burbujas oxitoamorosas

¿Sabías qué?

Es un concepto, una idea, una trinchera desde dónde transitar el nacimiento. Un espacio interdimensional, creado y habitado por quienes tienen la necesidad de una vivencia distinta. Una manera de dejarse llevar por las olas de oxitocina, de dar la bienvenida. Pero siempre con la consigna de la protección, la contención, la seguridad y amor que toda mujer necesita a la hora de gestar y recibir a su cría. ¿Cuántas burbujas oxitoamorosas puede tener una familia? Las que necesite, las que elijan. Las que sostengan en el paso del tiempo y que cambian según las semanas, la situación y la forma en que se dé la bienvenida.

Las burbujas cambian, se adaptan, son flexibles y elásticas según la particularidad de cada historia y cada familia. No hay burbujas sin herramientas para sostener la difícil tarea de lo impredecible que puede ser este suceso, pero no por ello, dejar de reivindicar la importancia de que sea un proceso que puede vivirse con plenitud, disfrute y protagonismo en la vivencia. Las burbujas se construyen desde los espacios de preparación para el nacimiento, desde el compartir herramientas, de aprender de la interacción y la escucha con la otra y el otro. Desde el intercambio de entregarse a conocer que es posible otra forma de nacer.